Gracias a Don Gonzalo, Edwin pudo ver el
mundo del tiro desde adentro. Como ayudaba a su padre en los entrenamientos,
podía verlo trabajar. Primero ubicaba los blancos y limpiaba las armas, y luego
se dedicaba a observar atentamente cada uno de sus movimientos. Así, con la
escuela de la observación, Edwin fue aprendiendo desde muy pequeño los secretos
de un profesional del tiro. Y Don Gonzalo, que no era para nada indiferente a
los intereses de su hijo, decidió alentarlo por esa senda. Una Navidad lo sorprendió
con el mejor regalo que recibió en su infancia: una preciosa escopeta de
corcho.
Entérate de estas y otras cosas en el
documental Héroe Olímpico, donde podrás encontrar datos sobre
el padre Edwin Vásquez, anécdotas de sus primeros años y algunas fotos
familiares, como esta de la familia Vásquez Cam:
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