domingo, 17 de febrero de 2013

Mentira piadosa


Edwin Vásquez Cam debe su primera participación en un concurso de tiro de envergadura a una mentira piadosa. En 1938, con tan solo 16 años de edad, compitió en la Copa Bolivia. Lo curioso es que participó reemplazando a su padre sin que este supiera nada del asunto.

La cosa sucedió así. Don Gonzalo Vásquez había sido inscrito para la edición de la Copa Bolivia de ese año, pero, por hallarse en Bogotá representando a nuestro país en los I Juegos Deportivos Bolivarianos, tuvo que dejar su puesto vacante. Enterado de esto, el joven Edwin, sin comentarlo con nadie, solicitó a los dirigentes del Club Internacional Revólver el derecho de reemplazar a su padre. Para convencerlos, señaló que a fin de cuentas don Gonzalo ya estaba inscrito y que él contaba con su autorización. Mentira. Don Gonzalo no sabía nada de las intenciones de su hijo. Sin embargo, los dirigentes del club creyeron en el muchacho y lo dejaron participar sin mayor trámite. El resultado fue sorprendente: Edwin, con sus dieciséis años y su mentira a cuestas, empató en el primer lugar con Orlando Arenas.

Cuando el muchacho llegó a casa después de la competencia, escribió inmediatamente una carta a don Gonzalo. En ella, le contaba todo lo que había sucedido y le pedía disculpas por haber actuado sin su consentimiento. La frase que remató la misiva fue, sin embargo, de una gran audacia: “Lo que me satisface es no haberte hecho quedar mal”.

Esta y otras historias de los inicios de nuestro campeón aparecerán en el documental Héroe Olímpico. La hazaña de Edwin Vásquez Cam.


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